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lunes, 30 de noviembre de 2020

DIARIO TEMA 5: ¿Están bien enfocados los idiomas en nuestros diseños curriculares?

    Con el transcurso de las clases, en las que hemos hecho un repaso de los currículos de ESO, BACHILLERATO, FP y EOI, he podido reflexionar sobre una problemática acuciante: ¿por qué tenemos un tan bajo nivel de inglés en España? 

    Por lo que hemos podido comprobar, tras el análisis de los decretos, parece que entre Gobierno de Estado, Gobierno autonómico, Ministerio de Educación y centros educativos tienen bien diversificadas y descentralizadas sus funciones como agentes de la comunidad educativa. Asimismo, con las últimas leyes educativas, cada vez la presencia de los idiomas extranjeros está más latente en los currículos y, por lo tanto, obtienen un mayor peso y relevancia en nuestra educación. Además, la adquisición de competencias y no de simples contenidos ya está en la base de nuestro sistema. Hemos podido transformar, en mayor o menor medida, un sistema tradicional en un sistema innovador, con un aprendizaje más activo y menos memorístico. Entonces..., ¿ qué falla?, ¿no es lo suficientemente "activo"?, ¿los centros no han sabido ejecutar los elementos del currículo como se esperaba?


    Son diversas las fuentes en las que he consultado para que me diesen algo de luz sobre los motivos de nuestro poco éxito en lenguas extranjeras. Así, desde el quiosco digital Magisnet, hacen un resumen estadístico de los países mejor y peor posicionados en términos del idioma, y parece que España se encuentra por debajo de lo deseable, mientras que los países nórdicos (Suecia, Finlandia, Dinamarca o Noruega) se sitúan en cabeza. 

En azul los países con nivel muy alto, en verde con nivel medio, amarillo bajo y naranja muy bajo. 


    El artículo publicado por Adrián Arcos en Magisnet, sostiene que no solo se trata de un problema de falta de inversión en educación (que también) sino que se observa un estancamiento con los años, es decir, a partir de los 18, nuestros jóvenes no progresan en el aprendizaje del idioma. También es palpable una gran brecha generacional: los adultos y ancianos tienen un escaso o inexistente manejo del idioma de Shakespeare en contraste con las nuevas generaciones. La academia Vaughan, en 2017, salió a la calle para comprobar el nivel de inglés de la población media. Y este es el resultado...



    Es evidente que tenemos carencias en este sentido. Y vemos, que no solo se trata de una problemática generacional, sino que entre los más jóvenes hay dificultades. Y es que, uno de los entrevistados pudo haber dado con la clave: "no lo desarrollamos". Esto es, quizás el hándicap no se encuentre exclusivamente a nivel académico y curricular, sino que fuera de las paredes de un centro educativo, el idioma no se pone a prueba. Aprendemos inglés para aprobar y superar ciertas pruebas, pero no lo aprendemos para mejorar por nuestra cuenta y ser independientes, pese a que las exigencias laborales en este sentido son cada vez mayores. Semeja, por tanto, no ser tanto un problema que se halle en el currículo o en la distribución de las horas de clase de esta materia (estipuladas en 3h/semana en la primaria española frente a las 2 horas/semana de la finesa, por ejemplo), sino más bien de: una instrucción tardía en el idioma, un enfoque totalmente teórico del mismo, una cultura poco abierta a los idiomas y una escasa exposición a los mismos en contextos educativos no formales. 

    De acuerdo con UPSOCL, Finlandia, con alarde de tener uno de los mejores sistemas educativos de la UE, se plantea para este 2020 eliminar progresivamente la enseñanza de asignaturas independientes para estudiar en base a temas. De forma que, en vez de aprender Geografía e Inglés de manera separada, se les pedirá a los educandos que analicen, por ejemplo, el clima de diversos países y lo expongan. Tratarán con esto de que el estudio sea algo conjugado y transversal, procurando que desaparezca la pregunta que todo estudiante nos hemos hecho alguna vez: ¿para qué me sirve estudiar esto?

    Quizás, entonces, desde mi visión personal, también en nuestra escuela seguimos sin enfocar correctamente la competencia aprender a aprender, la competencia cultural y la de iniciativa y espíritu emprendedor. Seguimos sin encontrarle un sentido a los contenidos que aprendemos más allá de la obtención de un título. ¿Sería interesante implementar este revolucionario método finés del estudio por temáticas también en nuestro país? El debate está abierto...